No va a haber impunidad, y también (se hará) la identificación de los cuerpos”.
Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación.
El pasado fin de semana fueron encontrados 19 cuerpos calcinados –16 hombres, una mujer y dos por determinar– en vehículos en el poblado de Santa Anita, municipio de Camargo, en la fronteriza ciudad de Reynosa, Tamaulipas.
Por el momento no se conoce la identidad de las víctimas, aunque varios testimonios apuntan a que son migrantes centroamericanos víctimas del tráfico de personas, mientras que otros reportes indican un choque entre dos bandas criminales.
Tras los hechos, el representante de la ONU-DH México, Guillermo Fernández-Maldonado, expresó la preocupación del organismo por lo ocurrido el fin de semana y recalcó que "estos hechos recuerdan a las masacres ocurridas en San Fernando, Tamaulipas, en 2010, y Cadereyta, Nuevo León, en 2012, donde los familiares de las víctimas siguen en búsqueda de verdad, justicia y reparación", alertó.
La masacre de San Fernando ocurrió en 2010, en la que se asesinaron a 58 hombres y 14 mujeres de diversas nacionalidades. Dos años después, en mayo de 2012, aparecieron otros 49 cuerpos en Cadereyta, en el norteño estado de Nuevo León.
Con información de EFE